Homenaje discreto a un texto de domingo que entendió mi viaje. Rafael Lemus.
Que viniera, entonces, la fuga.
Abrir y cerrar los ojos, mover la
nariz como voluptuosa genio o lanzar el
decreto medieval para verme, de
pronto, brillante y renovada, sumergida
en ellos, en su grupo: los turistas.
¡Aaaaaaaaag turistas! Qué importa, me estoy volviendo buena en saltar al vacío y ahí está ella para mí. Ella. Ella. Ella. Recordarles turistas para poner en la soledad nueva o la soledad reciclada algunas aves del paraíso en el florero, siempre hay alguna cosa linda en nuestra playa, algún rincón donde querer recostarse. Para buscar el yoga que olvidé para decorar la soledad verde y autosustentable, la soledad con muchos años en el armario, remachada y apolillada, pero al fin y al cabo, deslumbrante clásico. Alta costura. Soledad de diseñador confeccionada por la aguamala antes de todos los siglos y amén y olé.
Atrás quedó el viajero, ¿cómo? el viajero. Atrás con aquellos otros objetos del vintage:
el amor, la poesía, el heroísmo. La
aventura de Simmel, el tiempo discontinuo, el espíritu alimentándose de
estética. Viajar ya es cosa cotidiana. Qué padre, entre ellos todo es feliz y básico. Viajan en aviones y ya en el piso aquí o allá todos son elementales, básicos. Comen, beben y duermen. Consumen. Cobran seguros. Entre una y otra comida, una siesta, una retahíla de billete y algún ¡oh my gooosh! (no, más agudo) ooooh maaay góuussssh! entre monumentos. Ningún hallazgo que arrobe. Ninguna aventura que ponga en crisis lo ya conocido. Espejitos. That’s the point. Su viaje es sencillo y fotogénico. Sol y playa. Barrio Gótico y Paella. Allí, donde él está, estaremos todos ya muy pronto: La tour. Para esos, no importa dónde se paren… no lo saben.
El viajero persiste en lo bohemio y se queda a un paso del ridículo.
I'm bored of Cheep and cheerful Da Kills! (pura sabiduría)
Show respect for my exotic paradise.
(*) been there.
She is a tourist
Ella era nimia
Y esa fue tu peor falta de respeto.
Aguamala o Medusa.
Que viniera, entonces, la fuga.
Sí, que idea feliz. Tan
refrescante. Me resguardo en ella hoy que, como hace meses, no puedo escribir.
¡Dios pagano de la circunstancia, de la
poesía de las espirales, del improbable encuentro, no me abandones ahora! No
puedo escribir.
¡Diosa loca de la cantina
jornalera, de la llamarada de petate, de la palabra que muerde, no me dejes a
mi suerte tan cerca de septiembre! No con una historia tan corta y tan azul y
medias noches. No a la pesadilla del ensimismado, del trágico y narciso ego de
quien narra, me quedo sin historia, me quedo sin espejo, otra vez como Guido
Anselmo, en el padecimiento aristócrata
por consumirse en la búsqueda de la musa que lánguida le ignora. No puedo escribir. ¿Fallé? Sí fallé. No hay coincidencias.
He sido una chica tranquila,
reservada de la fiesta. Bebo tizanas. He estado
pensando demasiado en los planes y programas. Llevo la falda almidonada
al estilo mod de los sesenta, acorde a la estación gris del cambio de sexenio.
Con tantas ganas de que algo cambie y de beberme un par de jazzistas en las
rocas. Ningún amante en puerta me entusiasma. Falta que deje la bebida y que
regrese a los pilates. Sé que no merezco
el beso de Medusa, el don del caos y la escritura, si me concedes unos días de
paz y autocuidado, malagua se desbordará de escote como los grandes ríos que
fluyen en silencio. Volverán las tormentas con nombres de mujeres que en su
temporal venganza, devastan las costas
e inundan de poesía las orillas de la tierra.
Volveré a ti.
¡Torbos dioses del estilo, de la
competencia comunicativa, de la cadencia latina o de la precisión nipona
devuélvanme a la Aguamala aunque no la
merezca, que sin ella no soy nada, que sin ella no soy yo!
Aguamala llama a la tierra.
Turistas, pinches turistas. Me
drenaron. A mí nunca me llega la parte sexy de su derrama económica. Bueno, algunas buenas fiestas y conciertos. Berlin doesn't love you . Turista terrorista, como dicen
los venecianos que son gente sabia que conoce de temas sofisticados, de temas
implicados como el de la venganza, el de la seducción y el de la muerte que nos
ronda con la inminencia de la sepultura, o sea con tener las aguas(malas) hasta
el cuello.
Fuck. Yo quiero estar en su
cuello.
Pinches turistas. Así funciona. A
penas una abusa leeeve, un poquito de las sustancias que les atraen como el
bloqueador solar, las bebidas con sombrilla y los mapas, y cuando menos te das cuenta, ya estás, otra
vez, rebuscando en el estante esas moronitas de cine que dejaste guardadas la
última vez que esa masa amorfa de afectos llamada turista te dejó sintiéndote estafada, como si hubieras comprado un mojito de 6 euros, un
paraguas chino, un low-cost perdido un día de nieve. La desolación que es la
prima más fea de la soledad. Estafadores, de esos que te dejan con las ganas de
cachetear a todo el mundo, así lo dice Chepa.
Las veces que me ha sucedido
esto, las veces que le ha sucedido a mi manager (psss tengo un Manager Cum
Laude ¡obvioooo! ¡Qué esperan! Tengan uno con el sentido de la estética que
tiene el mío) vienen a consolidar la teoría de la personalidad que se ha
desarrollado aguamálicamente para ellos:
Turistas existenciales.
Recordarles turistas, pequeña
Aguamala, recordarles: su predisposición genética turista, su falla tectónica
turista, su rola de Arjona turista, su afición cartesiana de separarse por
adentro muy pinche turista, luego sus
culpas porque básicamente nadie, más o menos normalito, puede hacerlo y sobre
todo, aquello que
divide a al género humano en un abismo que va hasta el fondo de la
tierra y del buen gusto: Su forma de moverse y de aprender, es decir, de tomar
y dejar.
Su forma de viajar que se parece mucho a la forma de amar y de vivir:
cha-fi-ta, china, desechable, empaquetada, clasificada, de plástico, pinche.
Como poniéndose un pedo redneck en Cancún sin saber qué ruinas pisan, qué
paraísos desdeñan, qué dioses los dejan desprovistos de belleza.
¡Aaaaaaaaag turistas! Qué importa, me estoy volviendo buena en saltar al vacío y ahí está ella para mí. Ella. Ella. Ella. Recordarles turistas para poner en la soledad nueva o la soledad reciclada algunas aves del paraíso en el florero, siempre hay alguna cosa linda en nuestra playa, algún rincón donde querer recostarse. Para buscar el yoga que olvidé para decorar la soledad verde y autosustentable, la soledad con muchos años en el armario, remachada y apolillada, pero al fin y al cabo, deslumbrante clásico. Alta costura. Soledad de diseñador confeccionada por la aguamala antes de todos los siglos y amén y olé.
Sí, turistas. Cínicos e
ignorantes de la ciencia de la cadencia de la vida, del conocimiento del afecto. De la disciplina
de la belleza. Yo nunca, nunca, nunca he
sido como ellos, quisiera, claro, por eso les estoy mentando la madre en este
texto...naaa, pero qué hueva, o sea qué hueva.
Hoy les tengo mucha envidia
porque creo que no puedo pagarme el lujo de lo superfluo, even when asai
means shallow, even when assai means too much, literally. Si viajo todo me incrimina, todo me implica,
todo me conmueve, en todo me encuentro aunque sea en sentido contrario. Y si
permanezco viajo. No puedo pagarme el desprecio, la escisión, la objetividad,
no me alcanza. La neta, es pobreza y que no entiendo cómo diablos los
turistas son tan malos para ser sensibles e inteligentes a la vez, cómo es posible
que les salga tan mal.
Malvenidas las invasiones
bárbaras, las que saquean. Las que desean tu buen clima, las que se llevan a tu
mujer, las que toman los objetos brillantes para sí. Las que
se creen la bazofia de la objetividad.
El bárbaro, el extraterrestre, el
extranjero, el alienígena, cuando menos te das cuenta, te encuentras tratando de defender a facebook y espada tu
dignidad amorosa, tu educación sexual, tu sentido de la estética (parecido al
del manager)… el problema con el turismo existencial es una falta de comprensión de la
dimensión afectiva como un proceso relacional que conecta de manera diversa
distintos niveles de la realidad, o sea, el turista entiende por -digamos sexo-
una disposición específica de correspondencia entre el cuerpo, el tiempo o la
trayectoria de duración, la intensidad emocional, el nivel de conexión
personal, en fin, todas las cosas que él o la turista crean que participan del
-digamos sexo-, las entiende dispuestas de una
forma, y no hay poder viajero que les haga comprender lo contrario, que las
emociones son eventos de lo afectivo. Sucesos completos.
[06:46:47 p.m.]manager: como que
puede haber sexo sin pertenencia
[06:47:09 p.m.]manager: o cuerpos
revueltos y revolcados sin necesidad de una frecuencia reiterativa
[06:47:32 p.m.]manager: o que se
puede amar a dos o mas personas a la vez de diversas formas y que esta ok
[06:47:44 p.m.]manager: porque
cada una tendría su propia configuración de esos niveles de la realidad
[06:47:55 p.m.]manager: y
representa un nodo de conexión único e irrepetible
[06:48:14 p.m.]manager: para
simplificar lo que es simple: los turistas son cortos
[06:48:18 p.m.]manager: ese es su
problema
[06:48:32 p.m.]manager: ya pueden
tener doctorados y todas las ideas brillantes del mundo
[06:48:44 p.m.] manager: pero es un poco lo que has dicho,
no son capaces de ser sensibles e inteligentes al mismo tiempo
[06:50:03 p.m.] manager: al menos
no sobre si mismos, no saben nada, es ignoracia
[06:50:21 p.m.] manager: no
pueden pensar en sí mismos de manera relacional y compleja.
Así son ellxs, lxs, turistas. Se
emborrachan, consumen, dejan sucio
y se van, imaginad que no se fueran,
imaginad qué harían, qué haríamos nosotros, nosotras, si los turistas se
quedaran. Querrían que todos lleváramos
sombreros de flequillo y culpas. Desdén to go.
Sí, un día, pronto. Sí, ya
pronto, más o menos así:
Estaba muy cansada, estaba con
ganas de aferrarme a esta ciudad en la que puedes resbalar mientras te engulle
pero hoy se que estoy a punto de desaparecer. Todos lo notan, estoy despareciendo,
durísimo, ya no tengo rodillas que me permitan doblarme.
Desaparezco de pagar la renta, de
tratar de gestionar una alimentación regular, con cierta ingesta de vegetales.
Desaparezco de mi intento siempre fallido de administrar el cuerpo entre los
dos trabajos, que son dueños de mi tiempo y que me tienen tan políticamente
implicada, tan agarrada de las pelotas existenciales que ya no sé que pie hay
que poner frente al otro. La soledad que una aprende a administrar. ¿Sabré, oh, Cosmopolitan, estar sola alguna vez?
Los dos espacios, los dos
tiempos, como las dos Fridas, con los vasos comunicantes desangrándose discretamente, como secreto a
voces. Son tan absurdamente distintos entre sí, como esposo y amante, uno
significa ser arrojada y aguantar el trago y el otro significa ser paciente y
levantarse muy temprano. Ambos
significan tener que renunciar a la comodidad, a la zona de confort que los
chicos con los que suelo juntarme tienen como primera enmienda, garantía constitucional
de sus personalidades y franca prioridad. El miedote que les da. El miedote que
les doy. Turistas.
Uno, el continuo, implica el
valioso tiempo que podría pasar leyendo sobre estudios medievales, dar paseos, cazar cocteles y mirar un poco de arte de martes a jueves ¡por el amor del dios pagano! sentir el suave smog que mi
piel chilanga necesita...y el yoga que es tan interesante. Tratar platillos mientras miro a la ventana
con una copa de vino, tener el piso más limpio. Recuperar amistades for a reason and many
otrhers for a season.
Escribir.
El otro implica ser tolerante,
desapegada, ser asertiva, romper los
lazos y reestructurar la vida con él y sin él,
con camaradería pero con independencia, devanarme los sesos para no
buscar lo justo y necesario que sería armar un buen embalaje de rencor y pasarle
con una aplanadora por la soberbia y el machismo, por su victimización cobarde,
o ya de menos, hacer otra cosa con mi viernes, con mi sábado.
Trato de gestionar mi falta en la escritura, con la
escritura. Con Ella. No he escrito nada, Aguamala se nos vino abajo. La he
matado. Eso y que no me gustan estos pinches niños turistas, boy scouts, con los que me he
estrellado últimamente, los he escogido
por algo, por la imposibilidad de su tiempo y personalidad que me permite tener esta vida de
avalancha. Mi semana es un alud. Una llamarada. La Aguamala está compuesta del
secreto que prende el fuego griego.
Señal de corte
abrupto y sin sentido hacia la fuga o la umbralidad.
(La imposibilidad)
(La imposibilidad)
Desaparezco del río de autos por
ir el viernes de lluvia de Copilco a Santa Fe a toparme con eso que estaba yo
buscando y que no, otra vez, no era eso...es perfecto, es el editor de foto, y
me mira embobado, yo estoy parada sobre el mundo desde su estudio. Narcisa. No
me gustó la foto que escogieron, no me gustó ninguna. Debía de estar radiante,
me enamoré de él desde que hablamos por teléfono. Y la Diosaloca se moría de la
risa.
Cuando lo vi supe que quería uno
como él. Que si fuera un vestido (joder, debe ser lo único que se escoger), me
lo llevaría puesto, caería perfecto, se ajustaría a mi forma, me ajustaría a la
suya, tela vaporosa, caída vaporosa y para toda ocasión. Pero no.
Mi enamoramiento no se transmitió en su arte de circulación nacional.
El timing es mi talón de Aquiles,
con él llegué como diez años tarde, tal vez eso sí se notaba y decidieron
subirme dos años de edad en la publicación. ¿Qué les parecía demasiado joven?
Dos hijos tan condechimente lindos, una esposa tan condechimente yo en diez
años. Pero a mí no me da para eso, acabo con puros niños que no pueden pagarme
las cervezas. A mi feminismo universitario se lo tranzaron en un bar y ahora anda todo
doble A.
Sólo se apareció para mostrar lo
que no tengo. Me asomo al lente, me promete fama o sólo es el reconocimiento a
mi trabajo, a nuestra causa…ninguno, motivos editoriales, dice. Llenar páginas con cositas cool...como ¿yo?...Nel. Por eso estoy a punto de
desaparecer, otra vez, otra vez.
Desaparezco del metro dejando mi
hueco triste que es inmediatamente llenado por las amplias caderas de la mujer
de junto. Seguro fui de Tlatelolco a Tokio para estrellarme con todas sus
paredes, contra todas las posibilidades. Tokio te amo pero me estás bajoneando.
(La posibilidad de romper)
Y salté (Told ya).
(La posibilidad de romper)
Y salté (Told ya).
Y claro, me rompí y ahora camino con más estilo. Me faltó decirle muchas cosas a la cara. Y sueño que lo echo a gritos rabiosos de mi vida. Sueño con un rencor que en la vigilia es pena. Cosa rara cuando alguien que quieres te traiciona. El planeta se pone peligroso. Me alejé para perdonarlo y perdonarme. De pronto también estoy feliz porque me he dado el golpe más duro de la vida y después de eso, todo puede ir bien. As soon as i get prettier. Otra vez, otra vez, otra vez. Sí, es definitivo
Desaparezco.
Toque mágico del narguile azul y
me teletransporto. Me uno a ellos, a su tour…frente a la Monalisa. Soy yo alzando la cabeza ante la imagen que
he visto otras 9,3485 veces pero ahora
entre otros peinados rubios y
apresurados. Ahora frente a la mera mera, la sonrisa original, el misterio de
su seducción…Es igual a la de internet. La de internet es igual a ella, es un nodo. Estratégico punto del Occidente, su centro, como dice Pablo Fernández. Trato
de ver en ella a Isabel de Este, no la encuentro ¿Por qué se peinan tan mal
siempre esas caucásicas altermundistas? O sea las nuevas, las turistas, no
Isabel de Este. El descuido es parte de
su encanto o es que mi condición de latina
o de asiática no me permite estar desaliñada…Qué importa, hoy soy ellos.
Soy la de melena rubia y descuidada, gafas obscuras o quizá soy más asiática
todavía, mejor peinada, mejor vestida, mejor alimentada. Tengo los yenes y los gadgets o los dólares, hartos dólares, de
pronto estoy preocupada por la frescura
y origen de los alimentos. Llevo una de
esas terribles faldas o bermudas de “lesbiana alemanana” color kaki (así les dice mi hermano, es un chiste
entre nosotros, ofrezco mis disculpas a las
lesbianas alemanas más fashionistas). Cámara voraz y ojitos destellantes.
Subir al avión y padecerlo como
al aeropuerto y sus alrededores. Sospecho que teme al aeropuerto, sospecho que
es un espacio psicosocial donde uno experimenta los peores momentos de la vida.
Ansía confundirse con nativos y ningún nativo le respeta, (a menos, parece, que
esté en México donde pensamos que las personas con acento es lo mejor que nos
pasará en la existencia). Se mata por
estar en busca de lo auténtico y todo es una puesta en escena para que él pague
por eso. Ante cualquier hallazgo duda de
mostrar o no su asombro. ¿Su solución? Mirar apenas, sonreír y tomar la foto
que viene de la entraña cuando nadie lo
mira. Aquellos que con ojo débil, ante cualquier connato de belleza se les debilitan
las rodillas y el deseo de aprehender es
tanto que jamás tienen la más
básica skill turística de tomar fotos. Otrxs viajerxs: lxs que van por e s a foto. Por la experiencia
precisa que acontece ahí y entonces para él, sólo ahí y sólo entonces para él o para ella, en su justa medida,
en su explosión como evento de la vida. Uff, esa es la foto.
Yo
nunca tomo fotos, ahora estoy tratando porque quiero ser turista y andar con cínico
desinterés, desprecio, desdén o franco terror por hacerme cargo de las
consecuencias de mis actos y mis borracheras etílicas y emocionales y… porque
tengo un gadget maravilloso que hasta el momento, sólo me ha sido útil para
verme a mí, asombrándome como sietemesino frete a su propia imagen y es bien
raro…yo, Jessica Asai, ese rostro, la reina de la dicotomía. ¿Quién soy? ¿Tengo
que tomar un avión para saberlo? ¿Tengo que tomarlo de nuevo? ¿Tengo que
hacerme alguna foto? La hippie y la fresa, la caótica y la sofisticada, la
temeraria y la culposa, la berrinchuda, la negligente, la exigente, simultáneamente, ninguna de las anteriores, todas las
anteriores. Las dos Fridas. Qué bueno que no tomo fotos, sé que me absorbería
la cabeza y escribiría todavía menos. Jessica Asai, la Reme, la niña autista y
desconectada. ¿Aguamala o Medusa?
Barbara Kruger. Your Body is a battleground.
Y en la vida nos enseñaron esto:
“Tu cabeza, no, no, no, mejor: tu cerebro, tiene la razón y permite o
impide los afectos. El amor que es un afecto y no un pensamiento correcto y
justo, sucede en el tiempo lineal de nuestras minis historeografías, lo que
impide que dos afectos sucedan a la vez.”
Su globalización no les
permite entenderse descolocados o
situados, (entonces no saben qué hacer con los largos alcances de la
mirada de Medusa y casi cualquier furia).
Odio a Descartes. Teórico de los
turistas, no mamar el daño que nos ha
hecho. No hemos podido ver de qué manera absurda nos ha recortado… Me choca
estar recortada. A fuerza de costumbre, de
torceduras energéticas, una ha venido a comprender que de querer evitarse la
resaca por turismo, en general hay que tener desconfianza de las personas que
no ostenten visiblemente dicha condición con gafas, crocs y
margaritas, o sea, que todo mundo es turista hasta que demuestre lo contrario. Entonces, una frecuentemente se equivoca (el manager tiene la teoría de que yo así les elijo, turistas). Hay unos que van camuflados, incluso. No es que hayan ido a tal o cual
escuela, que escuchen tal o cual música, que se vistan de tal o cual manera. De
pronto su actitud frente al arte culinario los traiciona pues la mesa también implica
cosas de contenido cultural diverso en el cuerpo... pero nada
más. Estamos expuestos.
Entre los turistas todo funciona
bien, para eso están diseñados y para ellos está hecho Disney, no son
inventores o artistas, son turistas y para
ellos el mundo está dispuesto y estandarizado, higiénico, por talla y por
temporada, el amor también. El sexo también. Sólo sacan el cobre de turistas si se sienten en peligro de perder el itinerario, o peor, si
lo hicieron porque les da mucha
curiosidad la zona roja de mi casa.
Básicamente, no ser un mentecato turista
es una cuestión de formas, un
entendimiento estético, casi musical, de
armonía en las actitudes, de ritmo, de buscar la congruencia y la redondez en
lo que nos atraviesa pues la redondez es voluptuosidad y la voluptuosidad es
una propiedad del placer. La congruencia afectiva es estética y la estética es ética.
En otras palabras, de no decir y hacer cosas atroces después de meterte a la cama con alguien. De no hacer niñerías, de no decir estupideces, de no hacer groserías porque tu moral judeocristiana te las grita desde el más allá de tu haber matado a dios, de tu deber ser /hacer/sentir cartesianamente escindida, recortada…just because they have it in their backyard, even when they have that Sussex sparkling flavored sip just across their sterilized walls.
En otras palabras, de no decir y hacer cosas atroces después de meterte a la cama con alguien. De no hacer niñerías, de no decir estupideces, de no hacer groserías porque tu moral judeocristiana te las grita desde el más allá de tu haber matado a dios, de tu deber ser /hacer/sentir cartesianamente escindida, recortada…just because they have it in their backyard, even when they have that Sussex sparkling flavored sip just across their sterilized walls.
Tener la preocupación y delicadeza de no exponer tu miseria para el otro. Para el que no tiene velas en tu entierro. De no mostrar
pura inseguridad y miedo ante lo que no estaba en el itinerario de viaje y
seguir procurando ser, quizá ya es mucho pedir, atractivo para el otro, mantener cierto
misterio, tratar de sostener una actitud, amable y generosa…educada. De hacer el
amor primer mundo…juá!...me la volé! Pero ya está. Sin pagar derecho de piso psicológico, sin las
bajas corruptelas de la culpa. Sin la resaca por no poder asumirte sintiendo de
otra forma o quizá en otro tiempo, en otra playa y mundo ¿Pero quién me escuchara de entre el coro de
los ángeles punks, queers muy caídos… quién?
Esto es materia de educación
sexual, ya lo creo ¿Qué se hace después de hacer el amor? ¿Hacer sentir
insignificante al compañer@ tendrá algún tipo de efecto endorfínico en los
cerebros turistas?¿Convertirlo en un error, en efecto, reduce sus culpas? ¿Minimizar la importancia del
evento les otorga tranquilidad? ¿Hay que ponernos histéric@s para que piensen
que somos buenas personas y no moustros terribles que han tenido sexo y chan
chan chaaaan (música muy macabra) sentimientos?
Las clases de educación sexual no deberían de quedarse tranquilas por mostrar a lxs chicxs lo que sucede con los gametos.
¿Pero exactamente a qué le temen
los turistas?
[01:17:13 p.m.]manager: los turistas son entes
ontológicamente definidos
[01:17:26 p.m.]manager: se
definen por un sistema de contraste
[01:17:51 p.m.]manager: a lo que
temen los turistas es a viajar, en el sentido más amplio del término,
[01:18:04 p.m.]manager: viajar
por viajar
[01:18:06 p.m.]manager: sin rumbo
[01:18:07 p.m.] manager: sin control
[01:18:24 p.m.]manager: porque no
lo tienen sobre sí, le temen a cualquier cosa que se salga del plan que les
puso su agencia patrocinadora o gestionadora de viaje
[01:18:33 p.m.] manager: les da
miedo dejarse llevar
[01:19:44 p.m.]manager: les da
mucho miedo disfrutar la vida de formas que no conocen y que les parecen
mínimamente arriesgadas
[01:20:39 p.m.] manager: esperan
que el bus pase por ellos al hotel , que los lleve a dar el recorrido típico,
sacar tres fotos tontas con sonrisas ensayadas, y después cenar en una calle
concurrida
[01:20:55 p.m.] manager: pero le
temen profundamente a un callejón en el que deban preguntar cómo funciona la
cosa y hacen y dicen tonterías
[01:21:39 p.m.] manager: contigo
sucede que eres una mujer increíblemente hermosa y seductora, y la más improbable, llamas mucho la atención, entonces no vacilan
en querer hacer tours como si fueras la rambla.
[01:21:42 p.m.] Jessica Asai: oj! me blush. gracias
por lo que me toca cariño... Perooo noooo!!!, la rambla?!! Espera tengo la canción perfecta. Para los turistas del 2012,
http://www.youtube.com/watch?v=g_rm-L7ItWQ de Fisherspooner, se llama Never Win jajaja, cuz you never win, rigth?
http://www.youtube.com/watch?v=g_rm-L7ItWQ de Fisherspooner, se llama Never Win jajaja, cuz you never win, rigth?
[01:21:55 p.m.] manager: el
problema con los turistas es que no entienden la belleza no-comercial, estremecen ante lo atípico. Jaja es bueeena. Sólo ganas si les usas esperando que de hecho turisteen.
[01:22:13 p.m.] manager: están
anonadados y no saben por qué, entonces hacen lo único que saben
[01:22:15 p.m.] manager:
turistear
Asai doesn't love you.
Ir
al centro. El turista intuye que todo ocurre ahí ¿se equivoca? Nou, nada…ahí confluyen
todos los signos, se colapsan y con tequila sunrise en la mesa, con dólares en
la cartera, con la casa de Massachusets, la vida debe ser más bella. Sin
preocuparse de aquello que se queda con los escombros tu despojo,
con la alza de precios, con desconfianza total hacia el mercado. Elogio al turista por mi denotada envidia
Pfff. Lo que hago por una historia sin efectos colaterales tan devastadores o sencillamente, tan desprovistos de gracia, por tratar de convencer a la masa amorfa de afectividad llamada turistas de que mandando de tour a su quinceañera marista interior(*), serán más guapos, listos, elegantes, simpáticos, o ya de perdida, menos patéticos por procurarse un mundo más interesante y especialmente, más armónico.
Pfff. Lo que hago por una historia sin efectos colaterales tan devastadores o sencillamente, tan desprovistos de gracia, por tratar de convencer a la masa amorfa de afectividad llamada turistas de que mandando de tour a su quinceañera marista interior(*), serán más guapos, listos, elegantes, simpáticos, o ya de perdida, menos patéticos por procurarse un mundo más interesante y especialmente, más armónico.
Creo que tengo una causa. Cómo quisiera ser una
mulata en el hastío nórdico, una rubia lechosa de Kentucky en Banana Republic,
quisiera mirar a mi vecina, la de Daniela Romo y el perro faldero y el hijo que
no saluda y sentir que entre nuestras dos miserias existe un océano y tres
lenguas de por medio. Sí, dije lenguas...y que me resultara, digamos, kitsch y
curiosa…y no todo eso que me resulta. El turista que ya dijimos, es zen, es
sabio, viene, mira y huye rápidamente, no tiene la osadía de reincidir...vale, no es zen en tanto la responsabilidad sobre lo aprehendido. Foto y
lo que sigue: Next.
El nativo, viene, mira y persiste. Insiste en la belleza. Para el viajero no hay foto: es un largometraje japonés y mexicano y francés. Sin fugarnos, en el letargo y el fastidio, aunque una persista en mantenerse atenta y fascinada y aunque a veces realmente me lo crea, qué daría yo por un día mirar el mapa y descubrirme un día llegando, por fin, a mi casa.
El nativo, viene, mira y persiste. Insiste en la belleza. Para el viajero no hay foto: es un largometraje japonés y mexicano y francés. Sin fugarnos, en el letargo y el fastidio, aunque una persista en mantenerse atenta y fascinada y aunque a veces realmente me lo crea, qué daría yo por un día mirar el mapa y descubrirme un día llegando, por fin, a mi casa.
¿Qué daría?
Aguamala o medusa.
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