martes, 22 de junio de 2010

ATENTO AVISO A TODOS MIS EXNOVIOS

Borges decía que lo único que verdaderamente nos pertenece es aquello que hemos perdido. Nuestras pérdidas. Y quiero decirles que yo los he perdido tanto. Los he perdido tan clara y tan profundamente. Con tanta certeza, con tanta constancia. Son tan míos, cada uno, cada una de sus impávidas y neuróticas ausencias.

Sí, vayan, tengan hijos. Construyan su casita en la provincia. Hagan sus largometrajes. Conságrense en el cine. En el matrimonio. Besen cada noche a sus mujeres sencillas. Sean felices. Yo me quedo con las sonrisas emergentes en el auto, en el metro, en la sala de espera del consultorio médico, frente a la estufa o leyendo el diario. Si se conocieran entre ustedes, si en una fiesta interminable coincidieran, así como coinciden en mi cuerpo, con todas sus distancias, en todos sus vacíos.

Yo los recito de memoria en el café con las amigas, donde parece raro que se digan cosas buenas de los santos difuntos. Entonces hago el recuento de los infortunios, de nuestras miserias, que son pocas pero muy entretenidas. Pero sobre todo a solas, bien a solas, me acuerdo de lo bueno y río. Parece que el amor es complicidad hasta cuando ya no existe. Y con semejante colección de vicios y remaches, en el recuento de los placeres y desgracias, soy como un cadáver exquisito. Todos esos nombres de hombres posmodernos con sus pequeñas heridas y el ego descompuesto. El largo y cálido tejido de intimidad y de perdón que una deshace por las noches (de alcohol y fiesta).

Pero, vale, sí, por supuesto, yo también tengo un amante fabuloso y ustedes conocen muy bien esa lista de talentos de chica pasada de lista que llevo en el bolsillo. Creo que les diría, a unos más que a otros, que me va de maravilla. Pero después del café y después de las sonrisas emergentes, pareciera así, de pronto, que yo sólo voy a consagrarme como coleccionista de hombres muertos. Oh, en eso soy imbatible.

domingo, 20 de junio de 2010

El momento individualista

por Pier Paolo Pasolini

En el futbol hay momentos que son exclusivamente poéticos; los momentos del "gol". Cada gol es siempre una invensión, es siempre una subversión del código. Cada gol es ineluctibilidad, fulguración, estupor, irreversibilidad. Igual que la palabra poética.

El líder goleador de un campeonato es siempre el mejor poeta del año. En este momento lo es Savoldi. El futbol que se expresa con más goles es el futbol más poético. También burlar es de suyo poético (aunque no "siempre" como la acción del gol). En efecto, el sueño de cada jugador (compartido por cada espectador) es el de avanzar desde medio campo, burlar y anotar. Realizada dentro del reglamento, ésta es la cosa más sublime que pueda uno imaginar en el futbol. Pero no sucede nunca. Es un sueño (que sólo he visto realizarse en Magos del balón de Franco Franchi, incluso en el futbol llanero, resulta francamente onírico).

¿Quiénes son los más grandes dribladores y anotadores del mundo? Los brasileños. Por eso mismo su futbol es un futbol poético, porque realiza fundamentalmente el burle y el gol.

El catenaccio y la triangulación (que Breta llama geometría) es un futbol en prosa, basado en la sintaxis, un juego colectivo y organizado; es decir, la razonada ejecución del código. Su único momento poético es el contragolpe coronado por el gol (que como ya hemos visto, no puede ser sino poético)(...)

El futbol realmente poético es el latinoamericano, con un esquema que sólo puede realizarse mediante una moustrosa capacidad para burlar (cosa que los europeos menosprecian por la prosa colectiva) y el gol puede inventarlo cualquiera desde cualquier posición.

Si el burle y el gol son los momentos individualista-poéticos del futbol, ninguna duda cabe de que el futbol brasileño es un futbol poético.

Sin hacer distinciones de valor, y hablando en un sentido puramete técnico, la poesía brasileña derrotó en México a la estetizante prosa italiana.

Letra internacional, mayo-junio 1996

Mis tres momentos individualistas con PPP.

He tenido una relación muy extraña con la obra de Pier Paolo Pasolini.

1a vez: El primer encuentro con PPP fue cuando entré a ver "Las mil y una noches" con mis padrinos y mis primos cuando tenía 17 años en un "cinediarte" en Francia. Yo creo que mi tío se quería sentir muy "acá" pero no tenía ni la más remota idea de lo que íbamos a ver, pues para los que no la conozcan, resulta ser una peli absolutamente erótica, semi porno, de esas que no quieres ver con tu tía, tu tío y tus primos un sábado en por la noche. Así que nos la pasamos guadalupanamente hundidos en nuestros asientos, sin mirarnos las caras mientras en la pantalla un wey le clavaba una flecha-falo dorado a una chica tendida. ¡Oh! ¡Qué incómodo!

2a vez: Haciendo un trabajo para la Universidad como en 2do semestre, vi Saló mientras comía hamburguesas con mis amigas. Bueno, aquí ni siquiera voy a relatar la película. Todavía lo pienso y me duele la panza. Repugnante.

3a vez: A partir del trauma adquirido, aquí yo ya odiaba a Pasolini y definitivamente no quería volver a ver nada suyo pero llegó a mis manos un librito de poesía italiana contemporánea y en esa vertiente, oh, los suyos me parecieron los mejores. Luego vi fotos y pinturas suyas y pensé que mientras no hiciera películas todo estaba perfecto. Años después, me prestaron el Decameron que vi con mi novio una noche cualquiera, en mi casa y sin escenas repulsivas-carne con catsup, ni parientes de por medio. Facilota como soy, lo perdoné.

Así las cosas, me parece que el pequeño texto que copié arriba tiene todo el sentido del mundo. Además, hoy jugó Brasil y en estos días de mundial, a diario tienes que discutir con alguien que te dice con muchísima razón (o razones) que está muy mal que a uno le guste el futbol. Y a mí me gusta mucho. Sí, lo que sucede a su alrededor puede ser enajenante y oportunista pero el juego, lo que sucede en la cancha es bonito y emocionante, como la poesía.

Este post es para Olmo porque lo estoy extrañando y porque se que en el fondo se enoja cuando le digo que el catenaccio (que de ahora en adelante llamaremos "catenacho" o "catenachín") es bien aburrido.

domingo, 6 de junio de 2010

Maripositas e insomnio

Por fin voy a lanzarme al ruedo de nuevo. Estoy emocionada y nerviosa, mi racha de aguasmalas ha sido muy dura últimamente. Hay una lluvia amiga en la ventana y yo necesito tener un logro.

jueves, 3 de junio de 2010

Être est de appertenir à quelqu'un.

Me siento un poquito olvidada, un poco. Perdida entre las sábanas como le sucede a los calcetines en las noches más tibias. Traspapelada, sobrepuesta. Tal vez estoy en las narices de alguien. He pasado tanto tiempo dentro de mí misma que seguro empiezo a convertirme en un mito, en el pensamiento de mi madre cuando se queda callada mirando al vacío, lo que debe suceder pocas veces pues mi mamá es de esas maestras de inglés exageradamente cotorras.

Estas largas temporadas de hastío confabuladas con el trabajo temporal y el autoexilio, se han convertido en mi forma de ser y de relacionarme con esta ciudad. La soledad en la Ciudad de México deriva de una extraña alineación de los astros, es deeferente. Quizá estoy en la mente de algún amante del pasado que no ha podido dar conmigo porque...porque me gusta escapar y este es el lugar perfecto para hacerlo...pero no, no por miedo, me gusta escapar de los otros por soberbia, porque puedo prescindir. Tengo una gran capacidad para desaparecer, para aferrarme y luego, desprenderme. Sucede que las narraciones sobre mí son tan excluyentes entre sí que resulta insólito que pertenezcan a una sola persona, necesito tiempo para ser INTENSAMENTE-TODA-YO, es decir, a pedazos.

No soy un ser integral y equilibrado, no. No se por qué este deseo sádico de querer ser buscada pero no encontrada. (BÚSCAME). Es que estaba acostumbrada a esas trampas del deseo. Quizá algunas compañeras de la universidad me recuerdan “tú simpre tan libre”, pero no es libertad, es un mundo interno que carcome, que demanda como verdugo el amor y el odio que no quiero de los otros, una cárcel autoimpuesta, una luna de miel, una chaqueta mental que no culmina hasta que me encuentro descubierta, sorprendida en mis pedazos. Por eso, este fin de semana cuando mis amigas se reúnan hablarán mal de mí porque no estoy, porque no les pertenezco, a mí me da igual. Sólo pertenezco al tiempo. BÚSCAME.

* El título es una frase J.P. Sartre un semimisántropo.

miércoles, 2 de junio de 2010

Sí se que soy bien tóxica.

Un día él me dijo: -Eres como ácido sulfúrico- Lo peor es que me lo dijo sin sorna, sin recelo, como si fuera el comentario más natural y esperado mientras hablábamos acerca de uno de mis exnovios. Sobre lo mal que le iba al susodicho cuando salía conmigo y lo bien que le va ahora que está solo o con alguien más. Eso no me gustó porque era cierto...Tuve que torturar al osito de peluche que me trajo de Park City, regresó como todos y ahora tiene un grillete de deseo en el tobillo derecho, hay gente que  quiere estar pagando siempre platos rotos.
Un día, él, otro, me escribió: “...detienes a todo aquel que te pretende para incendiarlo con keroseno”. Uy. Eso último me lo tomé como un cumplido porque fue exactamente ése el efecto deseado. Big bang theory compilation.

Después,  otro día, una noche para ser precisa, élla me dijo, acusándome: -Puedes convencer a cualquiera de que haga cualquier cosa.- Eso es casi cierto. Pero casi. Mi personalidad malvada y corrosiva es como un brote psicótico de una vez al año. Un semi halloween. Cacería de primavera. Fiesta pagana.

Pero, a ver, piénsalo. Quédate mirando fijo al muro y recuerda lo nuestro como un suspiro, como un flashazo, como un deseo de cumpleaños que prefieres no cumplir ¿No te dan ganas de ponerme un piso, pedir la cena, mirarme en encajes y perder la vida toda la vida?... Sí, tienes razón, el instinto de supervivencia...pero ganas tienes ¿a poco no?

Cuando menos te das cuenta, estás enganchado.