jueves, 25 de agosto de 2011

Poesía ante el silencio (un silencio, el tuyo). Paso de gato y otros inútiles poemas.

I. Paso de Gato

El amor y el azar
comienzan a jugar juntos
cuando cierras la boca
y yo te cierro la puerta.

2. No name blues

No vamos a salvarnos,
ni tu espíritu previsor,
ni la intuición femenina 
de la que tanto me jacto,
harán nada por nosotros.

¡Nosotros! Qué risa.

Amor condenado a la horca,
simpre supimos que saldaríamos 
las cuotas de impunidad
que termina por pagar Eros a Tanatos.

Lástima que no estés aquí.
Vas a perderte
de la estética
del dolor 
de tu partida.  


III. Revelaciones.

Todo eso que somos
en la luz roja,
en la nube,
en la cama,
en la ola,
en la espera y en la esperanza,
tu mano delicada y presta,
tu beat
mi rock.

La dilación de la hora 
en la que somos lobos y vampiros.
El instante en el que llegan los versos en tus besos.
Mis
            delicados
                                      vicios:
las  costumbres romanas
que llegan de tu boca.
Tu boca de río,
tu boca 
            de franca,
                               insólita,
                                             locura.

Precisa sincronización amante y amorosa
en el puente de palabras,
en el tren llamado deseo.
La Historia vuelve por el placer de los hombres.

Todo eso que somos
en la memoria
y el secreto,
brutal intimidad
del ritual sofisticado
que es tu alcoba.

Todo eso que somos
en las sustancias del espíritu.
Amor Virgilio,
amor mezcal
y polvo
          y hierba
irrumpes  la escritura.

La música sagrada
de la misa negra,
de la misa roja
que es tenernos,
encontrarnos
en lo profundo o en lo sublime del alma,
tu alma abierta al tiempo de los dioses,
con la vastedad que se ofrece
al amor o al sexo.

Revelaciones:

Toda vehemencia y vastedad son mías,
total ausencia de conciencia
 y de empatía.
Sólo pasabas como el natural 
efecto de tus drogas.
Subida y resaca.
Como larga y pesada noche.
Como  sueño adolescente.
Como la canción de Jarvis Cocker.
Ha sido una fiesta.
Bebimos mucho, sólo eso.

You were my discodeine shot.
Fue la vista nublada en las substancias
 y la ciega obediencia a la poesía.

Revelaciones:

Tu silencio no es de estrella.
Tu silencio no es un navío.
Tu silencio como despeñadero,
se parece a una mentira.

Revelaciones:

Se que para tí
      las delicias
               son
                      otras.

La piel de orquídea negra
que reusltas a veces, ya no es mía.
La piel
es todo lo que fuimos:
Superficie y engaño.

Revelaciones:

Sutil y cruel abismo
el que se ha abierto entre nosotros.
Ante la intimidad rota,
los ángeles de nuestra noche callan.
Callaré yo, por tanto.

Aguamala o medusa.

Para estar en el lugar correcto en el momento correcto, para estar allá, dar-clic-aquí.

martes, 2 de agosto de 2011

Dialéctica fantástica con (la) otra mujer. Lecturas sobre la noche.

Para su lectura rápida y desesperada.

En otra intimidad, en otro tiempo, él dijo que viviría con otra pero moriría conmigo.  

(Las canciones de Nina Simone me causan cierto pudor. Quizá, la buena chica marista que vive en mi interior, ataca de nuevo y por sorpresa. Pero  no. Después de las bombas anarquistas de ser otra, debe tratarse de un asunto diferente: Nina sube y baja en la hipérbole de amor y sufrimiento que es su voz, es Nina, lo desgarradoramente frágil que resulta y que a veces, nos aterra. Me aterra. Sobre todo cuando tratas de hacerle frente a la vida con risas y tacones altos. Con botas para la lluvia, cuando tratas de ser una buena mujer y la soledad reclama su lugar sobre los mundos del hombre. Cuando tratamos de andar contentos y libres, escondidos en nuestras relaciones equitativas y modernas. Y tú y yo que parecemos tan dueños del yate. Tú y yo que somos tan elocuentes en la roja escena hasta que nos quitamos las palabras y la ropa. Nina irrumpe en nuestro amor aristrócrata. Nina que es tan blues; el blues, esa música rastrera. Esa música que es tan verdad y tan noche. Nina devela la cara más íntima y secreta del amor, la sobrecogedora fragilidad de quien ama. Es frágil. Vulnerable. El misterioso poder de un cuerpo que se ofrece. El terror de la entrega. De la imagen de un yo diluído en humores y tacto y acto. Todas aquellas cosas que dejan de ser y de importar por el instente líquido y abstracto del nosotros. Elogio a la locura.

Se siente un abismo en las entrañas frente a la interpretación diáfana y dura del amor de Nina. Parece sospechoso eso de transparente en la escritura. Cómo se canta una falta tan inmediata y profunda. A pesar de mi edad y la lluvia, ¿cómo? Los tonos severos de su voz se parecen al deseo [tan deseo] a esta intimidad, páramo etílico y urbano de mis ventitantos, quiero pertenecerte con tanta vehemencia. Lazo. Descanso. Espero tu boca como la hora del recreo. Como mal y remedio.

Hoy, amor, me ha saltado a la memoria y a la noche, que es nuestra, palabras que no nos pertenecen, ni a Nina, ni a nosotros. Palabras que invaden y no deberían. La imprudencia de su recuerdo, de su nombre, de pronto se parece tanto a él. Asalto al tranvía llamado deseo. Conspiración de las circunstacias amorosas. Supongo que también soy un fantasma para alguien).

En otra intimidad, en otro tiempo, él dijo que viviría con otra 
y que moriría conmigo.

La otra mujer es otra canción. Si usted elige la píldora roja, haga clic aquí. Aguamala o medusa.