viernes, 21 de mayo de 2010

El canto de las ballenas y los derechos de autor.

Independientemente de que lo haga bien o mal, siempre he necesitado escribir. Cuando estaba en la primaria iba a una escuela activa que era la cosa más poquísimamadre que se puedan imaginar y fue ahí cuando comencé a hacerlo porque hasta me metí al taller de cuento. En quinto, cuando teníamos diez, quizá once años, escribía un diario. Seguramente fue el primero que tuve y todavía lo recuerdo porque estaba súpercursi: páginas rosas, candadito, corazoncitos de colores pastel y una monita toda contenida y melancólica con cara de caricatura japonesa, en fin, una auténtica joyaza de la fayuca.

Un día, ante la pubertad inminente, nació en mí la vena poética y escribí un largo poema al que recuerdo haberle echado hartísimo feeling y hartísimo estilacho. En él, iba describiendo cuidadosamente a un galán imaginario y perfecto. Contenta con mi obra maestra y por alguna razón hoy olvidada,(tal vez no llegaron a tiempo por mí) una tarde le mostré el poema a Aura en el baño de niñas bajo la confidencialidad absoluta que implica un evento como ese en tan sacrosanto espacio. Caray.

Aura era una niña del salón que no era taaan mi amiga, en ralidad, era como nuestra fansss pero nos llevábamos muy bien y tenía los papás más hippies y consentidores de todo el grupo. Élla lo leyó, me dijo que estaba ¡de pelos! (taaan noventera) y me lo pidió para llevárselo a su casa. Ahí voy yo de babosa y de pinche diva infantil consagrada (como mmm no se, ¿Lucerito? ajj) y obvio, la narcisoooota de mí, se lo presté. Al día siguiente ¡zaz! Mi poema nomamesigualitooo, estaba dedicado a Daniel López, el niño del salón que le gustaba a élla fotocopiado por todas partes... Malaondismo total. Cuando me repuse del coraje y lo pude leer con más cuidado me di cuenta de que no era realmente idéntico al mío sino que A-DE-MÁS le había metido mano y tenía un par añadiduras insólitas pero neta, neta, neta...¡insólitas! Con ustedes, la única que recuerdo:

"Tu voz es igual al canto de las ballenas."

Hasta con 11 años pensé:¡chaaaaale güeeey, "el canto de las ballenas"! ¡No-maaa-mes!.
Así, mi primera experiencia con los derechos de autor.

PD. Tras su terrible edición, Aura, evidentemente, fracasó...bitch!

Aguamalaaaaa

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